lunes, 17 de enero de 2011

Sorpresa musical

Cuando recién había terminado con L., le tenía miedo a determinados discos. Algunos ejemplos: Señales de Callejeros, Tercer Arco de Los Piojos, Repertorio de Jaime Roos, entre tantos otros que escuchábamos esas tardes entre cigarros, charla y mate. Presa de aquel miedo de no poder volver a escucharlos por un buen tiempo porque me remitieran inevitablemente a L., me figuraba a mí misma llorando desconsoladamente con determinados temas que nos eran significativos. Pero no sucedió. Pude escuchar Más allá, Frente al río, Pacífico, ¡Muévelo!, Difícil, Perdiendo el tiempo, y todas ellas como si estuviera escuchando Manuelita la tortuga.
Anoche me puse a escuchar Vasos Vacíos de Los Cadillacs, y me sorprendió cómo se me movieron ciertas cosas. Y sobre todo me sigue sorprendiendo que no puedo explicarlo, no me remite a ninguna situación ni sensación ni período en partícular. De cualquier forma El Satánico Dr. Cadillac me destrozó.

No hay comentarios: