miércoles, 26 de diciembre de 2012

Y no es lo mismo planificar que soñar


Más que de irme a vivir sola tengo ganas de construir mi espacio propio. Me imagino pintando y decorando y comprando muebles y cosiendo cortinas y fundas para almohadones. Armando la biblioteca y clasificando los libros. Poniendo plantitas en el patio y que me empiecen a gustar las plantitas para poder tenerlas en el patio. Y tanto me lo imagino que puedo hacer una descripción exhaustiva de cómo me gustaría que fuera mi casa. Le dedicaría tanto, tanto tiempo a mi casa que no tendría tiempo para invitar a la gente para que la conozca.

A veces pienso que me quiero ir a vivir con mi novio y a veces pienso que ni en pedo. A veces pienso que viviría con mi hermana y a veces pienso que ni en pedo. A veces pienso que me gustaría vivir sola sola y a veces pienso que no me alcanzaría para el alquiler…

Pero yo sigo soñando, a pesar de que hace un año y medio que es tema de mi terapia la planificación excesiva.

miércoles, 13 de junio de 2012

No te miro para tenerte

Es un precio que no podría pagar
Te miro para contemplarte
para jugar a que te tengo
Fantaseo con vos
con mi cuerpo encontrándote
Sueño con vos
estando con otro

Y vos también me mirás,
detrás de ese vidrio me mirás
Y me llamás a mirarte
a desearte, a foguearte
Histérico en tu pose de maniquí
sonriéndome y recordándome
cómo no puedo tenerte

Un día de estos
te voy a agarrar
y te voy a probar
A ver qué tal quedo
adentro tuyo

No te miro para tenerte.

Me rehuso a pagar ese precio
por un simple cacho de tela
al que le dicen "vestido de marca"

martes, 21 de febrero de 2012

Lo mío son las letras, carajo

Anoche mientras me dormía, empecé a esbozar los bocetos de tres nuevos textos, a saber: una crónica hiper subjetiva derivada de una vivencia reciente, el principio y el final de un cuento que simbolizará mi adolescencia, y algunos versos de un poemita que hablará de mis obsesiones.

Hoy cuando me levanté me esperaban, en cambio, una guía de problemas de Hidrocarburos, un apunte teórico sobre las tormentas eléctricas, y el informe de un Trabajo Práctico sobre la Ley Faraday-Lenz.
Mis materias y yo somos cargas del mismo nombre, nos repelemos eléctricamente. Es como si no hubiera química...

viernes, 17 de febrero de 2012

L. y yo, y la Biología

Cuando estoy rindiendo, estudio todo el tiempo. No sólo cuando me siento a leer: todo el tiempo.

Como la materia que estoy preparando ahora es Anatomía y Fisiología del cuerpo humano, mi amado L. pasa a ser mi modelo vivo. Y juro que soy insoportable.

Ay cómo me gusta la extremidad acromial de tu clavícula izquierda, le digo. Te voy a llenar de besitos la apófisis espinosa de tu séptima vértebra cervical.  Si me seguís haciendo cosquillas no me va a quedar otra que chuponearte el músculo esternocleidomastoideo. Pero cuando me pongo romántica: Mi amor, me encanta apoyar mi cabeza en tu pecho y escuchar el cierre de tus válvulas auriculoventriculares.
Y cuando tengo hambre le digo: el plexo de Meissner ya empezó a estimular a mi nervio vago para que secrete células gástricas, así que voy a cocinar. Y si se atraganta con algo: epa, te falló el cartílago epiglotis. Y a veces: tomamos tanto mate que estoy con una diuresis hídrica terrible, voy al mear y vengo. O por qué no: los movimientos peristálticos de mi intestino delgado ya están haciendo que mis desechos estén cada vez más cerca, mejor me voy a cagar.

Sí, debo ser insufrible. Él me sigue amando porque sabe que es por temporadas. Mañana rindo y se acaba. Pero me encanta que me ame a pesar de esto.

jueves, 19 de enero de 2012

Cuando todo brille

antes sólo era una obsesiva del orden
pero le empecé a encontrar el gustito a la limpieza

ahora Margarita es mi segundo nombre

y me voy a pasarle una aspiradora a la biblioteca
porque no soporto el polvo que juntan los libros

domingo, 15 de enero de 2012

debe ser que me estoy poniendo vieja.
 porque hoy cuando salí de bañarme, yo
- que hace años que no tengo ni siquiera pijama -
tuve un ferviente deseo de ponerme un camisón.

sábado, 14 de enero de 2012

Otra vez, echo comida para dos

¿Alguna vez alguien se detuvo en lo difícil que es preparar fideos para una sola persona? Es fija que siempre te vas de mambo y sobran un montón.

Y entonces claro, ¿cómo cualquier recién divorciadx no se va a deprimir con frecuencia? Si en la heladera hay un táper lleno de fideos que sabe a tu nombre y guarda tu recuerdo...

En carne propia

Hoy entendí cómo funcionaría la dinámica de una familia patriarcal. Lo sentí en carne propia.

Después de que el Suso me pusiera unos hermosos estantes nuevos en mi habitación, me sentí en el deber de prepararle el almuerzo para agradecerle.

jueves, 12 de enero de 2012

Uno de esos recuerdos que me hacen llorar

En la entrada del departamento de Adela, había una mesita en la que reposaban dos floreros con rosas artificiales y tres portarretratos. En uno de esos portarretratos (éste tamaño 13 x 18) no se exibía una foto, sino una tarjeta-postal de las de "Felicidades" que se venden en los todo por dos pesos.

Un día, advertí que en esa tarjeta-postal, además del impreso "Felicidades", danzaban unas letras prolijísimas pero de pulso tembloroso. Tendría yo unos seis o siete años, o sea que hacía relativamente poco que mi abuelo faltaba. Estábamos Adela y yo en su casa, a punto de salir a dar una vuelta por el barrio o quizás a hacer unos mandados. Yo, parada frente a la puerta, me detuve un instante en el portarretratos, advirtiéndo las letras escritas a mano. Cuando Adela puso la llave en la cerradura, me volteé dispuesta a salir. Pero ella me dijo: "¿Querés leerla? Me la escribió el abuelo el día antes de morir. Él sabía que se iba a morir". Entonces la leí. "Chiquita: Te quiero hasta la eternidad. Gracias por los años vividos. Te amo con todo mi corazón. Enrique".

Nunca voy a olvidar esas palabras ni el escalofrío que sentí entonces. Con esa paciencia y humildad que la caracterizaban, Adela me estaba convidando con la última de las tantas cartitas de amor que mi abuelo supo dedicarle.

Acabo de recordarlo y, con lágrimas en los ojos y una sensación de ausencia en el pecho, necesité contarlo.

miércoles, 11 de enero de 2012

Me pasa algo extraño

Cuando estoy sentada mucho tiempo frente a la computadora, se me duerme el culo.

Sí, el culo señores.

viernes, 6 de enero de 2012

El Norte

Hace un par de meses, cuando todavía estaba sin L. y muy entusiasmada con mi viaje al norte, escribí este texto. Me acuerdo que estaba estudiando Matemática y entre tantas Derivadas que invadían mi cabeza y mi cuaderno apareció, como signo de resistencia, este escrito.

Es curioso que lo esté subiendo recién hoy. Me encuentro ahora con L. (lejitos, pero presente en mi vida), y hoy debería estar yéndome al norte y sin embargo acá estoy. Sí, terrible volantazo en mi vida.

Pero lo estoy subiendo hoy, porque aunque tenga nuevamente compañero de camino y aunque me pase todo enero en Buenos Aires, creo que la esencia del poema no cambió. Creo que sigo buscando mi propio norte. Mi posición geográfica no ayudará a que el efecto sea muy poético, pero hacia el norte de mi brújula voy. Y, lo que es más importante, soy consciente ahora, de que aunque camine tomada de su mano y aunque nos estemos acompañando en la búsqueda, mi norte va a ser siempre mío y el rumbo que decida para mi vida lo voy a seguir eligiendo yo. Lo que sigue presente es la idea de la búsqueda, de la pregunta, de la duda, del empeño por encontrar objetivos y correr tras ellos. Por supuesto que espero que el brillo de ese sol, los colores de ese paisaje y la intensidad de ese relieve, sean capaces de acompañarme en este desafío. Pero ya no estoy dispuesta a resignar mi búsqueda si ellos no lo son.

No es casualidad que en este momento de mi vida, todos mis planteos se resuman a la pregunta de qué vida quiero tener. Y no hay nada que me haga más feliz que salir a buscar la respuesta.

martes, 3 de enero de 2012

De mis vacaciones en casa

Estoy muy contenta con mis vacaciones en casa. Todos los días me levanto y, mientras me preparo el mate -porque yo cuando me levanto siempre tomo mate, sea la hora que sea-, pienso en qué tengo ganas de hacer hoy.

¿Leer un libro? ¿Agarrar la máquina de coser? ¿Decorar mi cuarto? ¿Jugar al Solitario Spider? ¿Depilarme las cejas? ¿Tejer un pullover? ¿Limpiar el baño? ¿Hacer macramé? ¿Pintar una remera? ¿Ordenar papeles? ¿Escribir un cuento? ¿Cocinar un postre? ¿Actualizar mi blog? ¿Hacer sudokus? ¿Ver una película? ¿Cortarme el pelo? Y largo etcétera...
Me gusta porque tengo toda la libertad del mundo de elegir cualquiera de esas opciones, sin presiones ni tensiones por empezar o terminar algo, hacerlo simplemente por el placer de hacerlo.

A raiz de esto estuve mambeando, estos días, si no seré una persona muy solitaria. Siempre el horóscopo dice que Capricornio es solitario, y yo (que me reconozco absolutamente en la personalidad capricorniana) nunca logré hallarme en esa característica.
Porque no me considero solitaria. Es simplemente que puedo disfrutar de mi soledad. No me embolo, no me aburro estando sola. Puedo disfrutarlo.
Y en este momento de mi vida, lo siento necesario. Quiero tiempo para mí, para estar conmigo misma, tranquila, pancha, haciendo lo que tengo ganas de hacer y nada más.

¡No se asusten, amig@s! Mis días son como cuento acá.
Por supuesto que mis noches son todas suyas...

lunes, 2 de enero de 2012

Penélope

Hoy se cumple una semana desde que L. se fue de vacaciones a Ecuador. (Tranqui, faltan 25 días más.) También se cumple una semana de que empecé oficialmente mis vacaciones, y estoy haciendo muchas muchas cosas en casa.

Por ejemplo agarré un tejido que había empezado este invierno y claramente había dejado por la mitad en la vorágine del año. Ya tenía tejida toda la espalda con lana doble: una marrón y una cruda. Pero le había hecho una forma medio rara, así que decidí destejerlo y empezar de nuevo. Llegué a la sisa y la tejí y destejí varias veces hasta que estuve conforme. Terminé la espalda con la nueva forma, y me di cuenta de que no me iba a dar la lana para hacer la delantera. Mi mamá me sugirió hacer otro punto para que rindiera más y me alcanzara. Empecé, pues, ese punto más flojo con la lana doble. Decidí que no me gustaba cómo quedaba con lana doble, así que destejí nuevamente todo lo que ya había hecho. Hoy empecé nuevamente el tejido únicamente con la lana marrón. Espero que esta decisión sea definitiva y dure.

Mientras tejo y destejo, suena esta canción en mis oídos. Es muy triste la versión de Serrat, creo todavía no es hora de mambear esas cosas.