El otro día discutía con L. (*) si yo era o no calienta pijas. Yo aseguraba que sí, pero él me decía que el término alude a "la que calienta la pava pero no ceba el mate" y que por lo tanto no se aplicaba. Yo seguía asegurando que sí. El sábado a la noche empecé a esbozar una teoría sobre la cuestión.
Yo soy cero histérica, cero. Me gustás y te gusto, vamos a la cama. Así, sin vueltas. Sin rodeos. Sin obstáculos innecesarios. Y el hecho de no ser histérica, podría hacerme pensar que no soy calienta pijas. Pero no me conformo con eso.
El sábado a la noche me di cuenta de que disfruto mucho de calentarles la pava (sí, y no cebar el mate), a aquellos hombres a los que, ¿humildemente?, sé que les encanto. A aquel muchacho que describió la noche que pasó conmigo como "el mejor garche de su vida", no puedo evitar querer ir a bailarle y después correrle la boca. Es algo que va más allá de mí, y que me hace sentir tan placenteramente hija de puta. Con el otro que me busca y me busca desde segundo año pero que por lento o por tonto sólo estuvimos una vez, me pasa que me encanta piropearlo durante el día y esquivarlo durante la noche. Seré una persona muy mala en el fondo, puede ser.
Igualmente, a mi teoría le falta ir más al fondo de la cuestión. Leo el párrafo anterior y pienso que soy una egocéntrica de mierda: no sólo asumo que existen hombres a los que les encanto sino que además me aprovecho de eso para dejarlos con la chele. Calienta pijas de las jodidas. Pero pienso en mí conociéndome, y me pregunto si no será que lo tomo como un "refugio de seguridad", como una forma de lucirme donde sé que gusto y poder sentirme bien conmigo misma. Y eso me lleva a preguntarme por qué siempre necesito encontrar en los demás, la seguridad sobre mí misma.
Ok, ya sé de qué voy a hablar en mi próxima sesión de terapia.
(*) Estuve a punto de escribir "con mi novio", pero me adelanté al fallido; casi atino a "mi ex" pero me pareció que iba a quedar como un dato curioso en la anécdota; pensé en "mi ex/actual" pero me pareció muy pete. Así que de nuevo opté por llamarlo L.: este blog sabe mejor que nadie quién es L.
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