Fue una tarde crucial, sin dudas. En muchos aspectos, pero ¿para qué?, prefiero recalcar el aspecto lindo. En palabras de la Maga (la verdadera, no esta simple admiradora que se reconoce en ella): "Yo creo que tengo que hacerlo aunque sea fatal (...) Vos me podías contar o no de tus amigas, pero yo tenía que decirte todo. Sabés, es la única manera de hacerlos irse antes de empezar a querer a otro hombre, la única manera de que pasen al otro lado de la puerta y nos dejen a los dos solos en esta pieza". Y así fue cómo, aquella tarde de julio, dejamos a nuestros "exs" del otro lado de la puerta, nos mostramos nuestros corazones rotos pero lo suficientemente maduros como para quedarnos solos en esa pieza. No lo dijimos explícitamente, pero cuando nos mirábamos, nuestros ojos le susurraban al otro: "No entiendo cómo no supieron quererte".
(Pintó TERRIBLEMENTE el bajón.)
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