lunes, 21 de febrero de 2011

En una de esas...

Me da vergüenza confesarlo porque es medio careta de mi parte, pero la verdad es que cada vez que me gusta un pibe con el que tengo algo en común, empiezo inevitablemente a resaltar esa parte de mí, que puede llegar a ser un poco él. Sólo lo confieso porque confío en que todas hacemos un poquito eso, de vez en cuando, como quien no quiere la cosa, lo hacemos.

Estuve con un rocanrrolero de aquellos -hermoso, de los postas-, y me calcé las toppers y escuché La Renga a toda hora. Estuve con un K, y los días siguientes me afilé -lo confieso, en el espejo- en las discusiones sobre kirchnerismo y en cómo disputarlo. Me gustó un pibe bien de barrio, y me encontré a mí misma tragándome las eses con más frecuencia. Me gusta un flashero de la vida, y estoy escribiendo bastante surrealismo. Me quiero levantar a un futbolero, y de pronto leo el Olé día por medio. Hablo mucho con un músico, y revivo a la vieja y querida viola. Y así con todos. Lo gracioso es que ahora, que me enamoré terriblemente de Rodrigo de la Serna, estoy pensando en remontar mi vida teatral.

¿Ustedes qué dicen? ¿Me dará bola cuando se entere de que yo también soy actriz?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y... el que no arriesga, no gana. Aunque tengas que hacer una caravana de gente en Portugal, correr como un niño en un aeropuerto o besar al primer ministro en un acto escolar, vale la pena.

Maga dijo...

jajaja :)
igual te comparto, salimos los cuatro!