lunes, 2 de enero de 2012

Penélope

Hoy se cumple una semana desde que L. se fue de vacaciones a Ecuador. (Tranqui, faltan 25 días más.) También se cumple una semana de que empecé oficialmente mis vacaciones, y estoy haciendo muchas muchas cosas en casa.

Por ejemplo agarré un tejido que había empezado este invierno y claramente había dejado por la mitad en la vorágine del año. Ya tenía tejida toda la espalda con lana doble: una marrón y una cruda. Pero le había hecho una forma medio rara, así que decidí destejerlo y empezar de nuevo. Llegué a la sisa y la tejí y destejí varias veces hasta que estuve conforme. Terminé la espalda con la nueva forma, y me di cuenta de que no me iba a dar la lana para hacer la delantera. Mi mamá me sugirió hacer otro punto para que rindiera más y me alcanzara. Empecé, pues, ese punto más flojo con la lana doble. Decidí que no me gustaba cómo quedaba con lana doble, así que destejí nuevamente todo lo que ya había hecho. Hoy empecé nuevamente el tejido únicamente con la lana marrón. Espero que esta decisión sea definitiva y dure.

Mientras tejo y destejo, suena esta canción en mis oídos. Es muy triste la versión de Serrat, creo todavía no es hora de mambear esas cosas.


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