jueves, 22 de septiembre de 2011

No hay respuestas a mi falta de preguntas

Algo así como lo que me pasaba acá. Sí, me sigue pasando.

Es raro, ¿tan ajena a mí puedo ser?

Cuando estoy con una de esas angustias en que chorreo moco a lo vago sin entender bien por qué (me pasa muy seguido, está en mi esencia), trato de buscar respuestas en escritos ajenos (siempre en escritos, también está en mi esencia).

Me la paso leyendo poemitas o prosas cortas de cualquier índole, sobre cualquier tema. También reviso blogs desconocidos de gente desconocida a la que le gusta volcar sus reflexiones en una página web. Y así busco, busco las respuestas a las cosas que me están pasando.

¿Tendré miedo de meterme muy para adentro? ¿Estaré preguntando en realidad cómo se hace para decir las cosas? ¿Seré tan insegura como para creer que, no sólo a los demás, sino que a mí tampoco me interesan las cosas que me pasan?

Lo peor es que busco y busco pero, adivinen qué pasa. Sí, adivinaron: no encuentro.

es que yo no creo en mi canción,
es que yo no espero nada de mí.-

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