lunes, 3 de octubre de 2011

Quizás no era el mejor momento de mi vida para ver este capítulo II

Sobre todo cuando de pura romántica, de asquerosamente cursi, de ingenuamente sentimental y de tan melosa que me doy bronca, justamente ayer, empezaba a escribir esto:

Lo que pasa es que la primera vez sabe a eternidad. Soñamos que la primera se convierta en la única vez. Soñamos que ninguna otra vez va a poder ser tan hermosa y alucinante como aquella primera vez.
Y sobre todo cuando esa primera vez (casi por definición) estuvo plagada de "quiero vivir toda la vida con vos", de "sos la mujer de mi vida", de pensar nombres para nuestros hijos y de buscar casas en alquiler, de soñadores nomás.
Y entonces, ese gustito de la primera vez, todavía (aunque haya pasado el tiempo y hayan pasado las cosas) sabe al sueño de la eternidad, que no fue y que no será.

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