viernes, 17 de febrero de 2012

L. y yo, y la Biología

Cuando estoy rindiendo, estudio todo el tiempo. No sólo cuando me siento a leer: todo el tiempo.

Como la materia que estoy preparando ahora es Anatomía y Fisiología del cuerpo humano, mi amado L. pasa a ser mi modelo vivo. Y juro que soy insoportable.

Ay cómo me gusta la extremidad acromial de tu clavícula izquierda, le digo. Te voy a llenar de besitos la apófisis espinosa de tu séptima vértebra cervical.  Si me seguís haciendo cosquillas no me va a quedar otra que chuponearte el músculo esternocleidomastoideo. Pero cuando me pongo romántica: Mi amor, me encanta apoyar mi cabeza en tu pecho y escuchar el cierre de tus válvulas auriculoventriculares.
Y cuando tengo hambre le digo: el plexo de Meissner ya empezó a estimular a mi nervio vago para que secrete células gástricas, así que voy a cocinar. Y si se atraganta con algo: epa, te falló el cartílago epiglotis. Y a veces: tomamos tanto mate que estoy con una diuresis hídrica terrible, voy al mear y vengo. O por qué no: los movimientos peristálticos de mi intestino delgado ya están haciendo que mis desechos estén cada vez más cerca, mejor me voy a cagar.

Sí, debo ser insufrible. Él me sigue amando porque sabe que es por temporadas. Mañana rindo y se acaba. Pero me encanta que me ame a pesar de esto.

2 comentarios:

talita dijo...

andaba esperando una nueva entrada tuya. y me estallé. gracias por la magia, maga

camila (hb) dijo...

el amor supera cualquier cosa, incluso una barrera de huesos.
qué lindo leer estas cosas :)