domingo, 15 de mayo de 2011

Reflexiones a próposito del casorio del año

(No de la boda real, sino del de la hermana de L.)

No sé si será porque en esa situación en particular, yo estaba jugando de visitante, era "la acompañante de", fui presentada a través de otro, y en definitiva estaba ahí a través de otro. Pero el caso es, que es terrible cómo los eventos sociales resultan tan reproductores del sistema patriarcal. Las parejas son un hombre y una mujer que lo acompaña, situada siempre atrás; los solteros son solteros, las solteras son solteronas.

Anoche, en un momento dado, se nos acerca una pareja amiga del padre de L. Él se pone a hablar de fútbol con L. Ella, al asumir que nosotras no podíamos participar en esa charla, empieza a hacerme comentarios tales como "Qué lindo el salón, ¿no?", "Está fresco acá afuera", "Qué emotiva fue la ceremonia", y finalmente -cuando ya no había más lugar para los comentarios huecos-, se dispone a hablarme de sus hijos. Así, de la nada, "Yo tengo una hija de tu edad, y otro más chico y blablblbalbablabalb". Los hombres hablan de fútbol, y las mujeres de hijos.

Yo no tengo hijos, a veces me gusta hablar de fútbol, y me sentí tan estúpida cuando no pude decir más que: "Qué lindo el vestido de Pali, ¿no?"

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